Saturday, 25 July 2020

Oahu En 4 Días. Septiembre 2015

Nada más aterrizamos de vuelta del matrimonio de mi amiga Marianela desde Rapa Nui, motivada por una conversación de aeropuerto y me puse a investigar de este destino, con el que me llevé muchas sorpresas y todas muy gratas.

Hawaii no es una isla si no varias y cada una tiene su encanto y particularidad, por ejemplo los grandes volcanes, como el Kilauea, están en Big Island (propiamente Hawaii), pero los sitios más pop como Waikiki beach, Pearl Harbour, el hermoso North Shore con sus enormes olas surfistas y el aeropuerto principal están en Oahu, por lo que elegí esta isla como base de operaciones.



Tomé el vuelo Santiago Los Ángeles (donde me reuniría una semana más tarde con mi amiga Carolina, que en ese entonces estaba viviendo en Monterey, CA) y desde ahí a Oahu; 5 horas más tarde: Aloha ! ya estaba en el aeropuerto Internacional de Honolulu.


La verdad yo no me considero muy aventurera outdoor, ni menos surfista por eso obvié en mi elección Maui y  Kauai  que son islas más conocidas por la cantidad de actividades deportivas y de aventuras, elegí Big Island porque era más propiamente Hawaiana, y Oahu, por ser como el cliché que inspira Elvis Presley en Blue Hawaii y también por la historia que encontraría en Pearl Harbour...  aún así me llamó mucho la atención por la cantidad de tiendas (muchas de lujo) y el número y variedad de restaurantes (incluido Cheesecake Factory y Hard Rock Café) que encontré en Honolulu y que no tenía nada que envidiarle a Miami y, que en general me pareció más USA que Polinesia.



  • El hotel
Elegí el Hononlulu Hyatt Beach Resort, primero por el precio y segundo por la cercanía a la Playa Waikiki que está justo al frente y que hace que realmente valga la pena. La tarifa, además, incluía servicio "resort" que incluye toallas de playa y agua, además de collar de bienvenida y de conchitas para la despedida.

Mi habitación era enorme y tenía vista a la ciudad. El baño también era gigante, muy bello y tenía el sistema de limpieza japonés para la taza del excusado. 


El hotel es un complejo gigante que tiene dos destacadas torres situadas frente a la playa, bares, restaurantes y tiendas, además de un SPA lujoso. Desde el área de recepción, donde fueron muy muy amables conmigo, incluso para coordinar los tours y el pick up (que era muy raro, porque no era en la recepción, sino en la parada de buses que está detrás del hotel) se obtenía la mejor vista de la playa de Waikiki, que es como "LA" postal de esta porción de la ciudad.


En la parte de atrás funciona el Pauleilani Atrium Shops, donde además tiene sede el Farmer´s Market los días martes y jueves de 16:00 a 20:00 horas, lleno de productos orgánicos y naturales,  todas las frutas locales, como la piña, mango y Red Dragon, además de muchas artesanías.


De manera permanente funcionan también muchas tiendas establecidas de marcas internacionales como Urban Outfitters, Ugg y muchas de inspiración playera, como la bella Island Sole donde puede comprar lindas sandalias Sanuk (Yoga Sling), que guardo hasta hoy (no obstante la Emi las dañó un poco), pero además de instrumentos locales, y ropa tradicional como vestidos y guayaberas floreadas.


Había también un café delicioso llamado Kai Coffee Hawaii que era exquisito y muy, pero bien atendido.

Dato sobre mi ignorancia: yo nunca había visto como crecían las piñas... aquí pude ver cómo las hacen crecer en maceteros, es impresionante, al igual que las orquídeas que se dan bellas y frondosas, no como la mía, que le tengo que encender velas para que vuelva a florecer.



El hotel además cuenta con un SPA hermoso llamado Na Ho´ola, que a la vez de bello es carísimo. Ya como estaba acá y soy una amante de las terapias de SPA, me hice la diva e invertí no más para  experimentar el verdadero masaje Lomilomi promocionado como "the art of love and healing through the hands and heart" (bueno así como no), aunque también se podía probar la envoltura en Noni, la exfoliación con azúcar de caña o el masaje Nanea que se hacía con piedras volcánicas locales, que también prometía una experiencia sublime.

Casi habiendo pagado una noche de hotel por el masaje (y no es exageración) traté de estar despierta lo más que pude para aprovechar las bondades de la terapia, pero igual me dormí ... la verdad es una experiencia sensorial que se disfruta con todo, porque además los productos eran de excelente calidad y la atención es de lujo. 




  • El barrio
El hotel está situado en el corazón de Waikiki Beach que es una playa hermosa y tranquila, pero rodeada de mucho comercio y restaurantes.




Lo primero que aparece por el paseo contiguo al mar, rodeado de las típicas flores de Frangipani, es la iglesia Saint Augustine By the Sea, que es católica e importante porque alberga los restos de San Damián,  quien entregó su vida al servicio de la colonia de leprosos que funcionó en la Isla de Molokai, durante los siglos XIX y XX.


Preside esta porción de la playa la estatua de Duke Paoa Kahanamoku, que es una leyenda y héroe local: fue ganador de varias medallas olímpicas en natación, además se desempeñarse como actor y  quien  popularizó en California y luego en el mundo el surf, por lo que se le conoce como el padre del surf moderno y recibe tributo de todos quienes se aventuran en esa disciplina.



En la playa hay un "estacionamiento" de tablas, y varias escuelas de surf y donde se puede arrendar y practicar además Outrigger Canoe, la canoa (piragua) más tradicional Hawaiana que se ve muy entretenida, pero no experimenté (30 USD). En la misma playa  publican el reporte de las mareas para determinar la mejor hora para practicar (mientras más temprano mejor).

La playa es exquisita: el agua deliciosa y muy tranquila, por lo que pasé debajo del agua todo el tiempo que pude.



El barrio además de playero es hotelero y comercial al máximo. Hay varias galerías de aire libre, como la de mi hotel con todas las tiendas internacionales. Acá conocí para mal de mi presupuesto a Tory Burch y sus carteras, además de poder pasar por Ross con sus impecables ofertas y Sephora (que todavía no llega a Chile), aprovechando además que el tax en esta ciudad es 4.5%, (en San Francisco y Los Ángeles donde también iría es superior al 8.5%)


Acá también encontré mi mejor dato, regado por toda la ciudad Honolulu Cookies Company, que es una tienda tan hermosa de shortbread de sabor a Macadamia, café, mantequilla o coco, bañados en distintas clases de chocolate, todos con forma de piña, que fueron los souvenir más ricos y  lindos, con unas envolturas también hermosas (los que lograron llegar y no me comí en el camino)



De noche también el barrio es exquisito, en especial para caminar por la playa, con una temperatura excelente.



Como dato de compra, frente al Hard Rock café está la tienda Laule´a, que es muy variada y muy barata.  La persona que atiende dijo que tienen los mismos precios que la gran feria que se hace los domingo en Aloha Stadium, si bien yo no lo pude verificar porque el domingo lo tenía reservado para ir a Pearl Harbour, si los precios son más baratos que en cualquier otra tienda y los souvenir eran muy lindo y variado (compré unas flores de Frangipani pequeñitas para colgar en el celular o para adornar el pendrive hermosas)

  • Eat and drink
Lo bueno en este tópico es que habían muchos deli y markets para comprar fruta fresca, en especial las piñas que eran dulces y deliciosas. Todas las marcas tributan a la estética de flores de Plumarias, Frangipanis, helechos y exotismo, entonces para mi snack playero sólo iba al deli del frente y a la playa.



El hotel también tenía un bar de piscina donde bajé un día a disfrutar del atardecer, considerando que funciona en horario "gringo" y a las 19:30 horas todos ya estaban terminando de comer... y yo llegando de la playa.

Para mi fortuna esa noche había un grupo animando la noche, conformada por un público más bien adulto mayor. Taimane Gardner, estrella local, tocaba el ukelele con maestría y pasión. Es hermoso verla tocar con su banda conformada también por guitarra, celo y con un percusionista que tocaba la caja y el ukelele con tenedor, momento fantástico que tuve la suerte de registrar, con mi copita de espumante en la mano.



Otra noche me constituí en el clásico de clásicos Duke´s Waikiki, ubicado a orilla de playa y siempre muy animado ... Tiene una barra cuadrada y un bar de "pata pelada" o barefoot, donde sirven las especialidades locales, especialmente con camarones en odas sus formas, y también los tragos más tradicionales como el Maitai, hecho que jugos de fruta y ron y el Hula Pie, de helado de Macadamia bañado en chocolate y con crema.

Lo más divertido de esta carta es que el Hawaii los appetizers se llaman Pupus, lo que a los gringos mata de risa.




La siguiente noche fue destinada para visitar el Hard Rock Café, parada ya tradicional para mi, para comprar el pin para Tomy y fotografiar la memorabilia colgada en sus paredes, que incluía una guitarra de los mismísimos Beatles. Lo particular de este local, es que es abierto de dos pisos y la escalera hermosa tiene cientos de guitarras en el techo.



Me senté tranquila a escuchar la música y disfrutar de mi MaiTai de Passion fruit y de mis pupus y devolví caminando al hotel.




  • El turismo

Si bien fueron días de playa y compra, obviamente había también que hacer algo de turismo sin olvidar que esta isla tiene algunas de las playas más hermosas del mundo; la primera y más cercana es Hanauma Bay, situada en el cráter de un volcán extinto, donde hay arrecifes naturales que permiten la mejor experiencia del mundo. Lo malo estaba cerrada !... justo la noche anterior (cuando venía volando a Oahu) hubo un terremoto en Chile (Coquimbo) y la alerta de tsunami llegó hasta acá, ordenando el cierre de la bahía.



El día que tenía presupuestado para ir a Pearl Harbour perdí el tour por haber fallado en el punto de encuentro (era afuera del hotel por la calle de atrás, en un paradero de bus y no en la recepción como en todos), así que me quedé con tiempo libre para explorar. Luego de  bañarme todo lo que pude en la playa de Waikiki, pregunté que podía hacer y me animé a una de las mejores experiencias que he tenido: sobrevolar la isla en Helicóptero y lo único disponible que había para hacer en ese minuto.

Lo contraté en mi mismo hotel y a pesar de ser caro (cerca de 180 USD) no me pareció prohibitivo y valió absolutamente la pena (www.novictorhelicopters.com)




Viajé con un piloto muy amable y una pareja, quienes ocuparon los asientos de atrás... nos preguntaron si queríamos la experiencia door off, o sea, sin puertas y los tres asentimos, por lo que la orden fue ponerlos la cámara en el cuello y un elástico en el celular, no podíamos llevar ni cartera, ni bolso, ni banano, sólo el flotador en la cintura y listo, a volar!


Partimos sobrevolando la playa de Waikiki y el límite natural de Diamond Head, que está formado por cenizas y restos de las erupciones volcánicas y que se erige como el punto de varios trekings y tours, y la Bahía de Hanauma, donde no pude ir por la alerta de tsunami, que al menos vi desde el cielo y que es hermosa.


Seguimos volando sobre la costa, siendo testigo de los múltiples tonos de azul y turquesa de las aguas, que contrastaban con todo lo verde de la isla, y con lo azul del cielo, que es ciertas porciones se tornó gris y con nubes de lluvia, para luego reaparecer el sol esplendoroso. 




Unos minutos más tarde, conforme nos iba señalando el piloto, entramos a los acantilados de N´uanu Pali, lleno de acantilados y cascadas maravillosas, que pasamos con la boca abierta, ya habituada a esa hora a volar sin puerta y con toda la confianza para sacar fotos como enajenada. 



Sobrevolamos también Kualoa Ranch, donde iría al día siguiente y Lanikai Beach, con sus hermosas tonalidades.


Volamos por Dole Plantation, con sus inconmensurables plantaciones de piñas y ya comenzamos a dar la vuelta al punto de partida, no sin antes mirar desde arriba  Pearl Harbour y el USS Arizona Memorial.


El segundo tour que tomé incluía varios puntos de la costa Barlovento, que incluía varios spots que había visitado desde el aire; una de ellas, la verdadera turistada es la visita a Dole Plantation, que es verdaderamente el reino de la piña, donde absolutamente  todo es acerca de esta fruta, una de mis favoritas por cierto.



Hay una especie de recorrido que empieza en una tienda de souvenir, con todo sobre la piña, para luego pasar a una demostración de como cortar la piña más rápida y eficientemente, obviamente con el cuchillo que venden ahí mismo por unos pocos dólares, y que también obviamente compré para mi casa.


Antes de salir la tentación es sentarse a tomar helado, de piña por supuesto, en las muchas variedades que el menú ofrece.


La segunda parada para recorrer lo que había visto desde el cielo, fue en Nu´uanu Pali  y la montaña Ko´olau, desde donde se obtienen las más lindas vistas hacia la  costa. 







Visitamos también el Valle de los Templos, en las faldas de Koolau mountains, que es un lugar súper verde y tranquilo donde se emplaza el templo Byodo-in, que es una réplica de un templo japonés, para conmemorar la llegada de los inmigrantes a la isla en su centenario.





El templo de recorre con toda calma, hay varias estatuas de Buda, y un jardín zen bellísimo, que invita a la meditación y al relajo.



Continuando el recorrido y ya para aprovechar de almorzar paramos en  Kualoa Ranch, que es a la vez reserva natural, restaurante y locación de películas como Lost y Jurassic Park y que tiene mil actividades relacionadas con la visita a los lugares donde se filmaron y otras de trekking, cabalgatas y bicicleta eléctrica.





  • La Historia

Todo en este tópico se limita a Pearl Harbour y el ataque sorpresa de Japón del 07 de diciembre de 1941, que costó la vida a 2.400 personas y que supuso la entrada de Estados Unidos a la Segunda Guerra Mundial y el principio del fin del conflicto.









El sitio se recorre en porciones, hay un museo abierto y uno cerrado, donde se cuenta el contexto y la historia inmediata y posterior en forma muy explicativa a la vez solemne y donde también exhiben un documental para situar al visitante en el tiempo y en el espacio.


Terminada esa porción el grupo es trasladado en barco, conducido por Marines, que conducen al Memorial de USS Arizona, que  fue el que mayor tripulación fallecida tiene y de los pocos que no se logró reflotar. Alrededor hay varios monolitos que marcan la ubicación de las otras embarcaciones hundidas o dañadas severamente.



Esta parte es una visita muy solemne y emotiva, en especial estando de pie en silencio delante de la placa que honra a las casi 1.200 víctimas que fallecieron en este acorazado en el horror del ataque para el cual nadie estuvo preparado y que se extendió sin parar por más de dos horas.



Este fue mi recorrido personal por la isla. Me gustaría haberme quedado unos días más para haber disfrutado aún más de la playa,en especial las cerradas por la alerta de tsunami, tomar unas clases de surf en Waikiki. Volví tres días después, pero solo para tomar el avión de vuelta a Los Ángeles desde Big Island.

Lo bueno es que la isla me encantó, iba con más expectativas respecto de la identidad porque como dije me pareció bien gringa más que especialmente polinésica, no encontré acá al menos el origen de Hoponopono, ni mayor cultura polinésica, más que en los Luaus, que me parecieron más bien turísticos (aun cuando fui en Kona) ... igualmente, no se malentienda, quedé fascinada, y como casi siempre con ganas de volver !

Next Destination: Big Island. Hawaii. 



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